
Si sigues durmiendo
creerás que la suerte existe.
Más aún: será ella la que te maneje
como un vil títere hereje
pendiendo de hilos ajenos
que harán de tu existencia
otro ladrillo más en el muro
de la humana inconciencia.
Si existes, estás conciente
y tendrás claro lo siguiente.
No hay suerte, no hay destino
soy el arquitecto de mi propio camino.
Si me miro bien encuentro todo lo que necesito
para despertar a la magia de estar vivo.
Si no me veo, ¿podría alguien más?
si no me creo ¿querrás en mí confiar?
si no sonrío muchos de largo pasarán
tan ocultos en su propia oscuridad
que no tienen tiempo ni ganas de brillar.
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