Voy a transformar la voz de sus llamadas sin eco
en un recuerdo fácil de olvidar,
mucho más fácil que lo fue
no extrañarte ni un poco.
Cuando piense en afectos compartidos,
su personaje no estará en el guión,
porque cuando se es personaje y no persona,
corres el riesgo de que te borren de la obra.
Si me tropiezo con la sombra de sus ojos claros,
seguiré de largo, sin mirar atrás.
No dejaré que su metro ochenta me endulce el oído
ni que las intenciones que siempre tuvo
se solapen en caricias infantiles.
Es lo que se hace cuando se destapa lo solapado,
y se descubren los rellenos pusilánimes
de sonrisas trocadas en desdén.
No se puede estar tierno y cándido
si se es puro deseo de carne fresca.
El lobo que se viste de oveja
muy pronto los colmillos muestra.
No es que todo esto me impresione
ni que me influya en el ánimo,
pero necesito hacer aseo en el cajón de los amigos,
y creo que fui clara al decir
no quiero hablar más contigo.
Traduje tus saludos al idioma original,
el de la mentira y el descaro.
Éstas son las únicas líneas
que relatan tu historia,
pero ojo: no te mereces ni una sílaba;
mas para que veas que no soy rencorosa,
te regalo tu inicial: J. J de jote.
Date por concluido, por finalizado, que ya este cuento se ha acabado,
no me arrepentiré de aspirar las pelusas esporádicas que dejaste,
porque no fue más que eso: mugre fácil de limpiar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario