cuando todos se hayan ido,
cuando hayan cerrado el bar,
cuando te moleste el ruido.
Cuando las cervezas se acaben,
cuando sean fomingos suaves,
cuando el cuerpo se te canse,
cuando otros cinco años pasen.
Cuando todo caiga por su peso,
cuando no te sepa igual su sexo,
cuando el alma le grite al seso
que ya no quiere más de eso.
Cuando sientas un cielo vacío,
que no se llena con gentío,
ni leyendo tantas poesías,
ni creando nuevas melodías.
Cuando las canciones se repitan,
cuando las palabras se acaben,
cuando los libros no te dictan
lo que quieres escucharles.
Cuando la casa no sea cálido hogar,
cuando el teléfono deje de sonar.
Cuando dejes de dormir para soñar,
cuando seas tú el que deba llamar.
Cuando brilla para ti una estrella,
que no se pierde en tus sábanas de seda,
si sientes que su luz bien vale la pena,
abŕazala fuerte y vuela con ella.

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